Algunos brotes de violencia siguieron a la dolorosa derrota por 7-1 que sufrió Brasil en el Mundial del que es anfitrión, y decenas de personas fueron detenidas por participar en riñas o destrozos, informaron las autoridades.
Varios autobuses fueron incendiados en São Paulo, la ciudad más grande del país y por lo menos una tienda de electrodomésticos fue saqueada, sin que surgieran reportes de lesionados.