Miles de personas concentradas en el Maidán de Kiev, símbolo de la protesta popular que derrocó a Víktor Yanukóvich, exigieron al presidente ucraniano, Petro Poroshenko, mano dura con los rebeldes prorrusos y también con los responsables de la operación militar lanzada contra los insurgentes.
La muerte el sábado de 49 soldados ucranianos en Lugansk a manos de los separatistas prorrusos ha reactivado las demandas del Maidán para que los culpables sean destituidos.