Los niños con el tipo A mueren en la infancia.
Los niños con el tipo B pueden vivir un tiempo relativamente largo, pero pueden requerir oxígeno suplementario debido a la insuficiencia pulmonar.
La esperanza de vida de las personas con los tipos C y D varía: algunas personas mueren en la infancia, mientras que otros, que parecen estar menos gravemente afectados, pueden vivir hasta la edad adulta.
Otros síntomas pueden incluir: torpeza, pérdida de la fuerza muscular, postura anormal de los brazos y las piernas.