Momentos de tensión y mucho miedo vivieron las personas que ayer esperaban el busito pirata, al lado de la policlínica Generoso Guardia, ubicada en Santa Librada.
Todo se debió a que una enferma mental corría de un lado a otro, hacía ruidos extraños y se le acercaba a la gente.
Además tenía mocos y estaba sudorosa y parecía que le estuviera dando un ataque. También se recostaba de los buses piratas y hasta golpeó el vidrio trasero con sus manos.