El agente de la Agencia Federal de Seguridad del Transporte (TSA, en inglés) muerto a consecuencia del tiroteo del viernes en el aeropuerto de Los Ángeles, el hispano Gerardo I. Hernández, era "un dedicado" padre y esposo, según señalaron sus allegados.
Hernández, de 39 años y que vivía en Porter Ranch, al noroeste de Los Ángeles, con su esposa y sus dos hijos, solía mostrarse muy orgulloso de su hijo y hablaba "profundamente" de su hija, según señaló a la cadena NBC4 Kevin Maxwell, un excompañero de trabajo del fallecido.