Los concursos de belleza han sido en mi vida un hobbie. A los 14 años fue mi primera experiencia en el Miss Teen América Panamá y, bueno, me llevé lo mejor, la corona.
De allí, empieza el interés hacia los certámenes. Pienso que la danza ha contribuido muchísimo, ya que te desarrolla coordinación, agilidad, disciplina y te da mucha seguridad frente a un público, que son actitudes muy necesarias para este tipo de concursos y para toda mi vida. Creo que esa ha sido mi ventaja siempre.