Preparación psicológica: Un tirador debe saber dominar su estado emocional para conseguir la perfecta estabilidad de su cuerpo, manteniendo relajados todos los músculos.
La postura más aconsejable es aquella que proporciona mayor estabilidad y equilibrio al cuerpo, así como mayor rapidez de encarar cuando se trata de abatir un blanco en movimiento y menor superficie vulnerable a las balas del enemigo. Lo principal es la comodidad.
La función de cada uno de los dedos de la mano que empuñan el arma es la siguiente:





