Cuando voy al gimnasio una mujer no me deja concentrarme en mi rutina, no se si lo hace a propósito, pero hace todos los ejercicios colocándome el trasero para donde estoy yo ¡Dios no puedo con esto!.
Me cansé de tanta hipocresía de mi pareja. Creo que la emoción se fue de mi parte.
Mi mayor secreto es que le digo a mi esposa que me como la comida que ella me prepara, pero en verdad no es así. Muero por los emparedados y papitas y le regalo mi comida a un compañero.





