Yanitza Góndola, quien es oriunda de la ciudad de Colón, cuenta que tiene tres años de arrastrarse desde la entrada del pueblo hasta la iglesia por la salud de su abuela, de 60 años, la cual estaba muy enferma y asegura que el Nazareno la salvó. Agregando que si Dios se lo permite piensa seguir haciendo esto por tres años más.
Es una de las tantas manda que hacen los peregrinos en el pueblo de Portobelo por agradecimiento al Cristo Negro.





