Dios los bendijo con su talento, y de rodillas ellos le agradecen. El tiempo dedicado al Altísimo suele ser indispensable antes de cada entrenamiento o partido.
Una oración, acompañada de un versículo, se convierte en las primeras frases de aliento y motivación sobre el engramado. El amor por el fútbol y por Dios logra unir a un equipo como una familia.





