Hace unos meses fue abierta la nueva avenida, que reemplazó el tramo de la vía Cincuentenario, que partía en dos el monumento arqueológico de Panamá La Vieja, y la verdad que es un gusto disfrutar de este espacio ahora sin ruido, sin contaminación y con más seguridad.
Pero nada de esta inversión tendrá sentido si en un par de años se vuelve parte del recuerdo y otra vez sea la simbólica torre entregada al abandono.