Un hombre tenía una mujer de carácter desabrido, sucia y mentirosa, que derrochaba todo lo que su marido traía a la casa.
Un día, este hombre, que era muy pobre, compró carne para obsequiar a sus invitados. Pero la mujer se la comió a escondidas, rociándola con un poco de vino. En el momento de la comida, el hombre le dijo:
- ¡Los invitados están aquí!
- ¿Dónde está la carne y el pan?
- ¡Sirve a mis invitados!
La mujer respondió:
- El gato se ha comido toda la carne.
- ¡Vuelve a comprar, si quieres!





