Sus maravillosos recuerdos como futbolista ilustran con detalles el entorno, y cada fecha exacta del acontecimiento está vestida de oro.
Vuelve la mirada, y su corazón se regocija de alegría porque el don que Dios depositó en él, lo cuidó como un tesoro, y hoy en día, sus mayores alegrías las encuentra en esa esquina de su casa, donde guarda los recuerdos, aquellos que reafirman su legado futbolístico.