Sus manos duras y callosas por trabajar en el monte son testigos de que se esfuerza por darle una buena vida a su familia. Pero en El Papayal, distrito de Ñurum en la comarca Ngäbe-Buglé, donde vive, no hay trabajo y la única forma de obtener algo de dinero es trabajando la agricultura. Esta actividad si acaso le genera recursos para comer, son tan pobres que viven con lo mínimo.

Se esperaba que este equipo llegara a eso de las tres de la madrugada, sin embargo, el viernes en la noche hubo un retraso en Colón y justo cuando muchas personas se disponían a ir a sus trabajos a eso de las cinco de la mañana de ayer, llegó este equipo con dificultades para entrar al pueblo.

El lamentable hecho ocurrió pasadas las cinco de la tarde próximo al Centro de Salud del área comarcal, donde quedó tendido el menor de edad que fue alcanzado por el rayo.

Al lugar acudieron las autoridades para realizar el levantamiento del cadáver y ordenar su traslado a la Morgue Judicial en la ciudad de David, Chiriquí. Este es el segundo caso que se registra este año en la comarca Gnabe Buglé y se estima que van unas tres muertes por descargas eléctricas.

Sus familiares informaron que él había hecho un retiro de $100.00 de un banco, ubicado en Plaza Las Américas, desde donde sus agresores le dieron seguimiento hasta Pedregal, donde lo atacaron para despojarlo de su cartera con el efectivo y se dio el forcejeo.

Una hora después, la Policía ubicó el vehículo que supuestamente fue utilizado en el robo y asesinato de Caballero, en Los Llanos de Felipillo. Dentro de él había tres ocupantes con un arma de fuego, que fueron detenidos para investigación.

Su pareja actual, Vieri Lastra, dijo que él era un buen padre, además, le había dicho que quería conseguir un buen trabajo para remodelar el lugar donde vivían. Ella es consciente de que tenía un mal pasado; pero quería ser diferente.

Erick Arcia, dueño de uno de los puestos, pensó que en algún momento, con la llegada de tantos celulares, el negocio se iría al suelo, pero todo lo contario, las personas siguen haciendo sus llamadas como antes.

Los que más se acercan a los puestos de llamadas son los adultos mayores, estos llegan con su papelito en mano y le piden al “llamador” que les marque el número, muchos aduciendo que ya ni ven.

Sentada fuera de la Maternidad del HST, y con algo de temor, María Martínez confesó que su hija es asegurada, pero que no quiso decir nada al momento de internarla, pues temía que la mandaran para la CSS y que el bebé enfrentara algún peligro al nacer.

Los buhoneros corrieron a recoger algunas de sus mercancías por temor a que el articulado arrasara con todo. Aducen que saben que algunos vehículos tiene permiso para pasar por el área, pero no lo hacen con cuidado.

Alberto Pascual, un buhonero del área, dijo que no solo son los camiones, ya que los conductores de autos pequeños no quieren hacer alto en las vías que atraviesan la Peatonal; por eso en días pasados casi atropellan a una persona.

Muy contenta por la asistencia de una gran cantidad de jóvenes a la actividad, la profesora Corina Pérez de Coronado, organizadora del evento, explicó que una vez se terminen de pintar los mosaicos serán colocados en una de las paredes principales de la facultad.

La docente hizo un llamado a las autoridades del Ministerio de Educación (Meduca) para que permitan que la actividad que llevan a cabo entre en las escuelas primarias, pues siente que es necesario promover una cultura de paz y valores entre los más pequeños.