La vida del niño Edgar de Jesús Acosta fue considerada como un milagro para el pueblo de Pedasí, en la provincia de Los Santos, luego de que se le incrustara una varilla de hierro en el rostro.
El hecho se registró a las 2:00 p.m. del lunes, justo cuando Edgar disponía derribar una casa de avispas que estaba en un árbol de mango.