En realidad, es cada vez más frecuente ver a un niño o niña gritar o enojarse hasta que los demás hagan lo que él o ella quiere.
Cada día se multiplican los casos de niños en teoría, indomables, que imponen su voluntad al resto del grupo familiar, agreden a sus maestros o a otros mayores, no acatan normas y hasta parecen tomar decisiones por los adultos.





