Pasan problemas. Sentados bajo unas pequeñas sabanas que hacen las veces de casas de campaña, los taxistas de Veraguas aún siguen en vigilia en la basílica Don Bosco, en Calidonia, exigiendo que les entreguen sus cupos de circulación que les habían prometido.
Uno de ellos es Emilio Reynoso, quien vive en Santiago y es transportista desde hace 22 años , dice que su familia lo llama todos los días con la esperanza de escuchar la noticia sobre su regreso a casa con su cupo en mano.