Un héroe. La mayor virtud de Luis Miguel González Echeverría es salvar vidas y exponer la de él si es necesario, pues labora como socorrista de La Cruz Roja de Colombia, donde ofrece su voluntariado desde hace ocho años.
Todo empezó hace 10 años, cuando caminaba por las calles de Colombia y una persona le regaló un perro, aduciendo que no servía para nada, pues tenía un lunar en la cara. Él vio algo especial en ese animal y decidió llevarlo a entrenar en la Cruz Roja, donde aprendió grandes destrezas.