El hospital regional Nicolás A. Solano, enclavado en La Chorrera, en Panamá Oeste, no tiene fama de brindar un buen servicio. Siempre dio la impresión de estar abandonado a su suerte.
Desde hace pocos años, pareciera que la mentalidad cambió, y ahora se le realizan reparaciones y mejoras a nivel cosmético.
Hoy, aun con limitaciones económicas que le impiden incrementar la labor de prevención y curación que realiza para los cinco distritos del Oeste, se enfoca con proyecciones internacionales.