Tener un hijo en la escuela resulta cada día más insostenible, porque además de asumir el costo de la matrícula, el colegial, los textos y útiles escolares, ahora los padres también tienen que introducir en el presupuesto escolar los disfraces, vestimentas y cumpleaños.
Hay educadores que piden y piden a sus alumnos como si los padres tuviéramos un saco de dinero en la casa. Si por lo menos solicitaran láminas, figuritas y otros materiales de utilidad para su enseñanza, lo entendería, pero no, sus exigencias van mucho más allá.