El grandes ligas panameño y campocorto estelar de la selección nacional, el veragüense Rubén “El Rookie” Tejada, aseguró que hoy tendrán más presión en su segundo partido del clasificatorio del III Clásico Mundial de Béisbol.

“Estamos conscientes de que ahora tenemos más obligación, hay que dar más y tendremos más presión, pero yo pienso que eso es algo que nos puede motivar”, detalló Tejada bajó un ardiente sol, a las 12:00 mediodía, en el terreno del Rod Carew, donde la tropa de Roberto Kelly entrenó dos horas, ayer.

El turno de calidad que consumió el jugador cuadro interior chiricano, Jeffer Patiño, al negociar base por bolas en la novena entrada del partido donde Panamá cayó ante Brasil, le dio un boleto directo a la alineación titular para el tope de hoy.

Roberto Kelly, piloto del equipo, adelantó que para el segundo juego de su selección tiene planeado hacer un movimiento de nombre y orden en su batería, y por eso pondrá a Patiño en la segunda base y ubicará al veterano José “El Toro” Macías en la posición de bateador designado.

El líder de salvamentos (608) de todos los tiempos de las Grandes Ligas, el chorrerano Mariano Rivera, recibió una ovación de héroe la noche del pasado jueves, en el estadio Rod Carew, donde realizó el lanzamiento de honor del juego inaugural del III Clásico Mundial de Béisbol.

Rivera, quien estuvo en Panamá por unos tres días y ayer regresó a Nueva York, salió al montículo a eso de las 8:00 p.m. ante el ensordecedor ruido por los aplausos, gritos, silbidos de los miles de aficionados que acudieron al coliseo de Mocambo.

No hay excusa que valga, la consigna es una sola: vencer o morir. Ese es el panorama con el cual saldrá esta noche la selección de Panamá para afrontar su segundo juegos de eliminatoria del III Clásico Mundial de Béisbol, luego de la impensable derrota ante Brasil, por pizarra de 3-2.

Los pupilos de Roberto Kelly se miden hoy, a las 8:00 p.m. al perdedor del enfrentamiento de anoche entre Nicaragua y Colombia, un rival que también saldrá al nuevo diamante del estadio Rod Carew, con el agua hasta la nariz y a punto hundirse.