Coincido con el autor de Cien años de soledad, Gabriel García Márquez; no hay mejor profesión que el periodismo, y no precisamente porque sea bien o mal remunerada, sino por las satisfacciones profesionales y personales que nos deja.
Yo siempre quise ser periodista. Apenas sabía leer y escribir cuando ya soñaba con ser reportera; en vez de jugar a las muñecas, me iba a la biblioteca Jacinto Velásquez en Soná, y allí pasaba horas leyendo libros de cuentos mientras mis amiguitos corrinchaban afuera.