Sus nietos explicaron a DIaDIA que, a pesar de que no tiene un diagnóstico de alzhéimer, se le olvidan las cosas; hasta regresar a casa.

Su madre Norma de Vargas, quien lo vio por última vez, dijo que él le comunicó que iba a salir un momento. Lo extraño según ella fue que el joven llevaba dos suéter, uno rojo y debajo otro de color blanco con rayas negras.

Leydy Johana Villamill, hermana de la menor de edad, explicó que varias compañeras de escuela la han visto y, a pesar de eso, nunca logra dar con su paradero.

Lo que más le preocupa es que le han dicho que han visto a la niña varias veces con un hombre.

El cuerpo del occiso estaba tirado en la orilla de la calle, vestido con un suéter de color naranja y un pantalón corto de color negro, cuando dos residentes que pasaban por el lugar se percataron de que estaba muerto.

De inmediato dieron aviso a las autoridades, quienes se apersonaron al lugar para hacer el levantamiento del cadáver.

El músico se enteró de la muerte de Catita en horas de la tarde, cuando acababa de despertar de una siesta.

El tipiquero, con voz muy afligida, comentó que en sus últimos toques -por cierto no son muchos- pedía a su cantante que interpretara los famosos temas que él tocaba junto a Catita. “Esta era una manera de yo rendirle homenaje a ella, inclusive las personas, cuando me veían en la calle, me recordaban era por ella”.

¿Quién será la próxima ‘Catita’ de Panamá? Eso no lo sabremos y el destino se encargará de eso.

Lo cierto es que hace años, la misma ‘Catita’ nos mencionó que no tenía discípulas. “Sí me han llegado, pero no. No es que no quiero, es que no me gusta”, aseguró en ese momento. A pesar de comentarnos eso, sí dejó claro que sabía que había grandes cantantes en la música típica.

Ayer murió una de las mejores voces y saloma de Panamá, Catalina del Carmen Carrasco Aguilar, conocida como “Catita de Panamá”, quien tenía 93 años. Según Hilda Polo, sobrina de la fallecida, la señora Catita falleció a las 9:30 a.m. de muerte natural en una Casa Hogar ubicada en Las Mañanitas de Tocumen. “Ya esperábamos eso, estaba muy mala hace tiempo y será sepultada en la Panamá, y no en Ocú ni en La Chorrera. No sabemos cuándo, porque hay que esperar días hábiles”, contó Hilda.

Con la llegada de los catálogos de Navidad, vienen a mí los recuerdos de cuando una de mis hijas estaba en esa etapa en la que se volvía loquita por los juguetes y yo también, pero de pensar cómo conseguir el dinero para comprárselos.

Después de tanto tiempo de escapar a nuestro encuentro, por una casualidad del destino apareciste junto a mí, saludaste con un hola, mi corazón se acelero de tal forma que quería escapar, salir corriendo de ese lugar, buscaste mi mirada, pero yo solo temblaba y no podía creer que después de tantos años sin vernos, mi corazón se paralizara de esa forma; me fui, saludé, pero nunca dejé que nuestras miradas se cruzaran.

Al salir de ese lugar, los recuerdos volvieron como si fuera ayer el día que decidiste irte, sin dar explicaciones.