Maestro dijo el discípulo -, enseñas que Dios está en el interior de cada uno de nosotros, pero ¿cómo puede la divinidad, tan vasta como es, caber dentro de nosotros?
- Ve hasta el Ganges y tráeme un litro de agua le respondió el maestro al discípulo.
Cuando este hubo traído el agua, el maestro quedó asombrado:
- ¡Pero si esta no es agua del Ganges!
- ¡Por supuesto que sí, la he sacado yo mismo del río! exclamó el discípulo.





