El ejercicio puede aliviar y prevenir molestias y dolores del embarazo, que incluyen estreñimiento, varices, dolores de espalda y agotamiento.
Las mujeres activas parecen estar mejor preparadas para el parto, y se recuperan más rápido.
El ejercicio puede disminuir el riesgo de preeclampsia (la presencia de hipertensión arterial y proteína en la orina) y de diabetes gestacional (la presencia de glucemia alta) durante el embarazo.
Las mujeres que se mantienen en forma tienen menos problemas para regresar a un peso saludable después del parto.