Una muestra de superación. Luis Méndez de Chachita, aún conserva la 'chaza' (caja de madera) con la que comenzó a trabajar como vendedor de productos para la limpieza del hogar. Dice que esta caja, hecha a mano, que rebosaba de productos, es la evidencia de que progresar sí se puede.
Como muchos de sus colegas en la capital, llegó desplazado por la pobreza, con las manos en el bolsillo y con un futuro incierto. Lo único que no hizo este hombre fue pedir limosna. "Eso me daba mucha pena. Por eso busqué la forma de salir adelante", explicó.





