Sin soluciones. Eran la 12:30 p.m. y bajo un sofocante sol, y cocinando en un fogón improvisado, Isabel Bonilla y sus tres hijos esperaban en la casa donde perdieron todo el viernes pasado, a que alguien llegara a darles soluciones.
Y es que ayer, los damnificados de las inundaciones de Las Garzas de Pacora fueron desalojados de la escuela que les servía de albergue y se tuvieron que trasladar nuevamente a sus casas, con el temor de que otra lluvia vuelva a llevarse todo y que nuevamente tengan que correr por sus vidas nadando entre la corriente.





