Privados de libertad de diferentes cárceles del país iniciaron ayer una huelga de hambre.
La madrugada de este lunes en Colón algunos reos del Centro de Rehabilitación Nueva Esperanza se cosieron los labios, otros se encadenaron y unos alzaban pancartas para hacer un llamado al presidente de la República, Ricardo Martinelli, para que agilicen sus casos, mejoren las instalaciones y cesen los abusos que se dan en el penal.
Señalaron que buscan que los traten como seres humanos, ya que solo al pedir que los ayuden los quieren trasladar a otras celdas del país.





