Todos tenemos días tristes. Días miserables en los que te sientes inservible, gruñón, abandonado y profundamente cansado de todo. El solo hecho de empezar un día más, parece imposible.
En este tipo de días te puedes sentir paranoico y creer que todos andan tras de ti. Te sientes frustrado y ansioso, inclusive empiezas a comerte las uñas, lo cual se puede transformar en una ansiedad por comer y comer.