Aquellos arbustos retorcidos en las zonas costeras, guaraní o manglares, son de vital importancia porque son el hábitat de muchas especies, tanto marinas como terrestres. Esta variedad que migra por los cambios de estaciones es el lugar perfecto para descansar. Pero también es una barrera protectora de las costas: protegen de los fuertes vientos, mareas y huracanes; evitan la erosión de las costas.
Pérdida de este bosque





