H ace unos días, conversaba con compañeros de trabajo sobre la poca vida social de un periodista.
Muy rara vez celebramos un cumpleaños como debe ser. Siempre es tarde de la noche y su organización se hace unos minutos antes. Tampoco podemos cumplir con los de nuestros hijos como Dios manda, y mucho menos compartir con nuestros amigos.





