Moza, sé de su existencia y por eso me decidí a escribirle. Soy un hombre y, aunque me veo rudo, sé que por dentro a veces no lo soy.
Mi problema es por la mujer que amo.
Creí que era feliz con ella y, pensando que seríamos marido y mujer hasta el final de nuestros días, pusimos un negocio.
Nos iba muy bien hasta que ella conoció a un cliente. Siempre lo vi normal, hasta él se convirtió en uno de nuestros mejores amigos.





