Los niños no lloran, ustedes serán las cabezas de familias y tienen que ser fuertes, solo las niñas pueden llorar, o qué, ¿eres, gay?.
Este fue un comentario que una madre le dijo a su hijo, que tiene como diez años, mientras viajaban en un bus. La razón por la que el pequeño estaba triste yo no la sabía, pero no había duda de la brutalidad que mis oídos habían escuchado.
No pude contener mi asombro ante semejante escena y miré hacia atrás para ver quién era la fémina que le inculcaba tan mala lección a su hijo.





