El camino para llegar a ser sacerdote no fue fácil para Justo Rivas y Pedro Rodríguez, el primero proviene de un barrio difícil como Cerro Batea, San Miguelito. En tanto, Rodríguez es de Santa Fe, provincia de Veraguas.
Para Rivas, fue una dicha criarse en Cerro Batea porque hay mucha gente luchadora y buena. Además, han salido médicos, ingenieros, abogados sacerdotes, entre otras profesiones.
Añadió que no se puede negar la realidad de que en el barrio hay cosas malas; sin embargo, Dios hizo a todos buenos y a veces se toman malas decisiones.