En 18 años que lleva detrás de un volante, el transportista Marino Rodríguez nunca había visto la muerte tan cerca como la mañana de ayer.
Él se desplazaba desde Villalobos, Pedregal, en su "chiva", por el "Corredor de Los Pobres", cuando en el sector 10 de Gonzalillo, un articulado cargado con 10 mil galones de combustible se le vino encima.
En ese momento lo único que se le ocurrió para no ser impactado de frente por el pesado vehículo y poder salvar a sus pasajeros fue tratar de esquivar al camión.