Deudas, presiones, ansiedad, impotencia, una rabia sorda que impide pensar se fueron sumando y dieron lugar a una acción descabellada. Acción que conduciría a Paco uno de los protagonistas de "El secuestro", que dirige Tatiana Salamín a un callejón sin salida, lo que a la larga le causaría dolores de cabeza y lo colocaría en el punto de quiebre y podría echar al traste su vida, su futuro y la de terceros.
Ya no tenía caso llorar sobre la leche derramada, sería lo que atinaría a pensar. Ya de nada valdrían excusas baladíes cuando todo estuviese consumado.