En opinión del apicultor Pedro Lau, el prolongado verano entre los meses de enero a marzo, cuando se registra el período de mayor actividad en las colmenas, tuvo su efecto en la baja producción de miel.
Para dar un valor agregado a la miel producida, indica Lau, le adiciona polen y propolina, siendo este último un antibiótico natural, por lo cual cada botella tiene un costo de $15, y distribuida entre clientes.