El olor a carne en mal estado y legumbres con un color opaco deben ser razón suficiente para que una persona desista de comprar en un puesto de comida ambulante, pero muchos se hacen de la vista gorda, y por ahorrar algo de dinero, ponen en juego su salud.
Y así quedó certificado ayer, cuando el director metropolitano de Salud, Aurelio Rangel, realizó un operativo en el corregimiento de Ancón, en el que se encontró productos en mal estado y dueños de puestos infringiendo las reglas de sanidad. Encima, algunas personas se molestaron porque no las dejaron comprar.





