Edrien Olmos tiene nueve años y aún dormía con su mamá.
Hace un mes, su madre la puso a dormir sola, pero la pequeña volvía a la cama de su progenitora con el argumento de sentir miedo y terminaba llorando.
Lo primero que se le ocurrió a su madre fue acompañarla a su cama hasta dejarla dormida, pero al despertar, el problema volvía. A veces ella terminaba rendida al lado de su hija. No era fácil esa misión.
Hasta que llegó el momento de convencer a su hija de que tenía que dormir sola. Ese día, la pequeña lloró por varias horas.





