Una relación basada en engaños no funciona. La mentira nunca lleva a nada bueno. Esto lo tuvieron que aprender a la mala un par que se creía que de todas se las sabía todas.
Por andar jugando sucio (es decir en trampitas) se les volteó la tortilla. Y vaya si quedaron atrapados en la maraña de mentirillas. Y nadie quería cargar con el muerto.





