El primer ministro paquistaní juró combatir a los autores de ataques terroristas, como el atentado masivo contra cristianos que festejaban la Pascua en la ciudad oriental de Lahore el día anterior y que dejó 72 muertos.
El ataque puso de manifiesto la capacidad de los milicianos para realizar grandes ataques, a pesar de meses de ofensiva del Gobierno en su contra, así como la posición precaria de la minoría cristiana en el país.





