Dos años después de la matanza en la escuela Sandy Hook de Newtown, el dolor sigue muy presente en esta pequeña localidad de Connecticut (EE.UU.), pero las medidas para evitar que este tipo de tragedias se repitan han sido limitadas.
El 14 de diciembre de 2012, Adam Lanza, un joven de 20 años con problemas mentales, disparó a su madre mientras dormía y a continuación se presentó fuertemente armado en la escuela primaria a la que había asistido en su infancia, donde mató a 20 niños y 6 adultos antes de quitarse la vida.