El papa Francisco actuó de anfitrión de una cumbre religiosa mundial en la que participaron líderes de las grandes creencias, que firmaron una declaración conjunta en la que piden acabar con la esclavitud moderna antes de 2020.
La prostitución, la trata de personas o la venta de órganos fueron citadas como ejemplos de esa esclavitud que pretenden combatir con este llamamiento los que firmaron en la Casina Pío IV de los Jardines Vaticanos.