Kate Middleton padece un cuadro de hiperemesis gravídica, un mal que provoca constantes náuseas y vómitos durante los primeros meses del embarazo.Por esta razón, se ha instalado en una habitación del Palacio de Kensington donde médicos, de diferentes parte del mundo, cuidan de ella y de su segundo hijo.
La esposa del Príncipe William decidió que los médicos la visitaran a domicilio para evitar que cualquier tipo de información se filtrara, según informa Radaronline.com.