Los frustrados residentes de algunos barrios de la capital de Sierra Leona se quejaron de escasez de alimentos, mientras el país terminaba el tercer y último día de una cuarentena nacional sin precedentes, ordenada para frenar la expansión del ébola, dijeron voluntarios.
La mayoría de las calles de la capital, Freetown, lucieron desiertas de nuevo ayer, en cumplimiento de una orden del Gobierno para que los 6 millones de habitantes del país permanecieran en sus viviendas. La cuarentena de tres días comenzó el viernes. El Gobierno esperaba frenar el virus.





