Luego de tres días en que las autoridades prohibieron consumir el agua del grifo en Toledo, noroeste de Ohio, debido a la presencia de toxinas, el alcalde de esa ciudad anunció que el consumo del agua era seguro y levantó la prohibición.
En conferencia de prensa, el alcalde D. Michael Collins dijo que nuestra agua es segura, las familias pueden volver a sus vidas normales.