No hay nada como la vida del campo, lejos de los tranques y el estrés de una ciudad bulliciosa y contaminada.
Allá onde uno, las mañanas empiezan moliendo el maíz en la máquina no de motor, sino a la que hay que darle vuelta a la manija como lo hace la señora Nidia Ortega, en La Raya de Calobre, un hermoso campo de la provincia de Veraguas.
Cuando el maíz está molido, Miguel Cortez, yerno de doña Nidia, corta la leña para el fogón donde se preparará la tortilla sobre una cazuela.