Los pueblos se conocen por el valor de su gente para sobreponerse a las tragedias, y los moradores de El Llano en Chepo, que se inundó, no escapan a esta realidad.
Uno de esos hombres es Alcibiades González, de 48 años, quien vio con tristeza cómo la inundación ocurrida el 7 de diciembre de 2010 acababa con 22 años de arduo trabajo.