Manifestantes cercaron ayer las principales avenidas de Sao Paulo e incendiaron llantas mientras cientos de personas gritaban consignas contra la próxima Copa del Mundo afuera de uno de los estadios construidos para el evento.
Las protestas alteraron el tráfico y provocaron caos entre aquellos que se dirigían a su trabajo en la amplia zona metropolitana. Grupos amenazaron con una ola de protestas contra el gobierno por el elevado gasto para albergar el Mundial en otras ciudades brasileñas que serán sede del torneo que comienza el próximo mes.