Serbia, Bosnia y Croacia siguen luchando contra las consecuencias de las inundaciones que han dejado ya 47 muertos, han obligado a evacuar a 1.2 millones de personas y han arrasado campos y ciudades, mientras las aguas empiezan a retirarse, aunque se mantiene la alerta por riadas y brotes infecciosos.
No estamos ni siquiera cerca del final de los problemas, declaró el primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, aunque indicó que en el centro del país remiten las crecidas de los ríos Mlava, Resava, Morava y la situación está mejorando.